Día fuera de rutina
SUCESO
Ayer, no desayuné como suelo acostumbrarlo... solo tomé del refrigerador lo que pude: un poco de yoghurt caducado, una manzana y dos trozos de piña.
En mi hora de comida, todo estuvo bien, excepto que la carne de pollo en rollo, me es poco digerible.
Por la tarde el sol en su inclemencia... el deseo desde muy temprano de dormir un poco, todo el día no fue posible.
Al cabo de las 6 p.m., la reunión.
Recibo una llamada que me alegró la tarde... el 28 tendré la oportunidad de participar en las actividades culturales de la U.A.B.J.O.
Agradecida por el acontecimiento, reí y disfruté la reunión.
Solo que... el dolor de cabeza aumentaba, luego un poco de lluvia.
Pasada las 8:30 p.m. fue necesario estar con los ojos cerrados, nada de luz.
Luego hablar, testimonio de recuperación... aunque el dolor era más fuerte.
Dos horas antes de la medianoche, pensé en visitar a un amigo que se encuentra pendiente de su hijo, fuera del hospital.
No fue posible, el dolor había aumentado, bajado al cuello, cerrado el oído, casi dejándome en shot.
Tuve miedo, de un colapso, de un derrame, de algo serio, por ello decidí irme en seguida a casa.
Pensé en la gente que recientemente ha muerto muy joven, en ese joven, en esa mujer-prima a la que le dio un infarto y ahora está allá bajo la tierra.
Al llegar al portón negro, no encontré las llaves, el dolor me cegaba, los limpiaparabrisas no paraban, quise hacer una llamada.... "saldo agotado"... mandar un watsap, nada.
Apago el carro. Me bajo, hago el asiento hacia atrás y ahí estaban.
Abro, entro y solo quiero tirarme en la cama, en un lugar frío, sin luz.
La recamara está caliente, el ventilador no es suficiente.
Aullidos de dolor, como una bestia entre el monte.
Una pastilla blanca, un poco de agua... luego por fin el sueño entre los monstruos.
Al amanecer, la fiebre dentro de mi cuerpo, bañarme con agua a punto de hervir, pasos lentos, cuerpo adolorido, nada bueno.
El trabajo, hay que reportarse. Luego pedir permiso, imposibilitado, canjeado por un día venidero.
Come back.
Casi a rastras el pellejo.
Solo un deseo... acostarse.
Un poco de desayuno, sin ganas, gracias a ella, la mujer bella.
Y el remate: dos trozos blancos en círculos.
Después de una hora... parece todo normal, la fiebre ha cesado, las ganas de comer vuelven.
El sueño quedado.
Y la vida... continúa allá afuera.
Sol-Ha-Mi
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