Asiduo
Hoy, me siento en completa
cabalidad para asumir una nueva aventura y sumar mis contadas horas al lado de
un ser humano-amado
A mis cuarenta y un años, en
vísperas del que sigue. ¡He decidido casarme!
¿Será con Jesús, o con Antonio?
¿Será con H o con M?
Para muchas mujeres casarse a
esta edad, ya no es noticia, sería un retraso mental.
Pero para mí, el sentirme en
plena responsabilidad para compartir mis lozanías, es de gran verdad.
Casarse como se casa la gente
normal, con un fiestón de primera, con el arreglo del tocado al vaivén de la
alegría que emana del bello acontecer.
Mis padres felices porque verán
por fin que se casa, la hija descarriada, la hija prodiga que un día se fue y después
de un tiempo regresó.
El resto de la familia, entre la
algarabía y con los ojos crispados por no creer lo escuchado, se apuntan para
el feliz enlace matrimonial.
¿A cuántos amores dejaré en
espera?,
¿Cuántos se quedaron, creyendo que nunca llegaría tal decisión?
Tal vez… el temor a engrosar las
piernas, a ancharse de caderas, al crecimiento mayor de los pezones llenos de
leche, al adiós de la días de juerga, a los “no´s” o a los “si´s”, a los free´s
momentáneos.
Por ello me he tardado tanto.
Porque decidí reconocer lo
desconocido, salir de mi jaula, navegar contra la corriente, descalzar mis
pies, dormir bajo la luna, perderme en el tiempo, dejé fluir mis pensares,
caminé los senderos jamás transitados, escombré los muros de las ruinas, abracé
las raíces de mi infancia, desabroché el brassier muchas veces, me bañé sin
vergüenza en Zipolite, desnudé mi cuerpo y se lo entregué al río, me aventé de
aquella cascada.
Grité hasta quedarme afónica
cuando descendía en la montaña rusa, cuando caía a la alberca desde aquella
altura y con la panza abajo.
Después de llorar de amores idos,
de amores dejados, de soñar con panteras rosas, de escribirle un poema a las
putas.
Decido sentarme a ver el
horizonte cuando el sol se oculta, tomar el sol al amanecer, ocultarme al
anochecer y dormir como los vampiros.
Ahora mis sueños compartirlos,
mis pensares alojarlos en otro pensamiento, mis escurridas líneas negras
dejarlas traspasar en los papeles blancos.
Gestar una nueva historia…
mientras más arrugas se asoman a mi brillante rostro y en cada aurora
levantarme con un beso… a corazón abierto.
Sol-Ha-Mi
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