A MI QUERIDA KIKA
Tú, mi compañera de muchos años,
tú, mi negra adorada,
a quién yo con agua caliente
retiraba a tus amados
que zurrados se alejaban
¡Hay mi Kika querida,
tú la más servil, la más fiel y la más rendida!
Nunca rencor me guardaste por aquellas tundas que
yo te arremetía: que porque te comiste la quijada del
tiburón, que porque masticaste mis zapatos o te atoraste
entre la rendija o... por aquél sangriento encuentro con los pollos
que a ni uno dejaste con vida,
y a tu inteligencia hasta diste sepultura
Eras como el color del carbón
toda una bestia de fuerza indómita
siempre de mirada tierna y sumida
Te llevé en mis brazos de pequeña,
te llené de cariño y de adornos ceñidos a tu cuello
que te hacían distinguir entre la manada callejera
Fuiste de mi hogar, la representación total de la nobleza
la más dócil y la que más roncaba aunque el sol estuviera puesto
¿Quién más te podría querer mi Kika hermosa,
quién más te podría dar lo que yo te daba?
Aún recuerdo las veces que te fui a traer al río
ahí, en donde te bañabas de agua negra y maloliente
pero era tu perfume sagrado y de mí tu pestilencia
Te gritaba: ¡Kika, Kika, Kika!, y ni volteabas
Te llamé así, con la firme intención de "que no te juntaras con la chusma"
¿Pero quién era yo para entrar a tu mundo natural y a tus instintos?
¡Doblegarte no pude!, ni con golpes de hocico hasta ver tu sangre,
tú de todas formas no te inmutabas,
tú aún a pesar de todo aquello,
me recibías con juegos meneados de cola
Si saltabas, me tirabas
si te echabas, ocupabas todo el espacio
Llenaste de alegría la casa con tus vástagos
crecimos juntas,
tirabas miles de pelos,
dejando los sillones del carro vomitados y embabados
Pero me gustaba tu compañía,
tu poder y tu figura
Te temían porque te imponías con solo un pelar de dientes
Me sentía orgullosa de tu gallardía
Pero un 23 de diciembre,
tuve que salir de emergencia,
platiqué contigo
te pedí perdón por abandonarte en situación tan crítica
Ya tu mirada era muy lánguida,
tus ojos se notaban llorosos
y cansados
Tenías dolores incontrolables
esos que te hacían gemir por la luz que darías a tus nuevos retoños
¡Te tuve que dejar!
Me fui...
No estuve para ayudarte como en otras veces
no estuve para cuidar de ti y darte tu licuado
para recuperarte después de haber traído otros ojos
a la vida
¡No, no estuve... perdóname...!
Esa noche de diciembre, entre la algarabía previa del 24
entre los estruendos de los cohetes,
entre los sonidos del silbato de las posadas
...¡tú no resististe!
Solo unos negros-canelos, pudieron respirar y oler tu aroma
el que seguía, se quedó atorado
Te fuiste bajo las radiantes estrellas
que fulminada dejó tu existencia
te llevaste en las entrañas al resto de tu clan
... nadie sobrevivió... los otros también te acompañaron
en el viaje
Cuando me enteré, te lloré como se llora a lo querido,
a lo que se extraña y se siente dentro de uno
Mis lágrimas eran sin consuelo,
más saladas que las de un océano
incansables e insaciables
por no haber estado a tu lado
A la distancia...
Un esbozo en grafito
inmortaliza tu mirar
tu porte y tu coraje
No te has ido
aún vives entre mi paisaje
aún te quiero como antes...
mi Kika, la salvaje.
Sol-Ha-Mi
Tú, mi compañera de muchos años,
tú, mi negra adorada,
a quién yo con agua caliente
retiraba a tus amados
que zurrados se alejaban
¡Hay mi Kika querida,
tú la más servil, la más fiel y la más rendida!
Nunca rencor me guardaste por aquellas tundas que
yo te arremetía: que porque te comiste la quijada del
tiburón, que porque masticaste mis zapatos o te atoraste
entre la rendija o... por aquél sangriento encuentro con los pollos
que a ni uno dejaste con vida,
y a tu inteligencia hasta diste sepultura
Eras como el color del carbón
toda una bestia de fuerza indómita
siempre de mirada tierna y sumida
Te llevé en mis brazos de pequeña,
te llené de cariño y de adornos ceñidos a tu cuello
que te hacían distinguir entre la manada callejera
Fuiste de mi hogar, la representación total de la nobleza
la más dócil y la que más roncaba aunque el sol estuviera puesto
¿Quién más te podría querer mi Kika hermosa,
quién más te podría dar lo que yo te daba?
Aún recuerdo las veces que te fui a traer al río
ahí, en donde te bañabas de agua negra y maloliente
pero era tu perfume sagrado y de mí tu pestilencia
Te gritaba: ¡Kika, Kika, Kika!, y ni volteabas
Te llamé así, con la firme intención de "que no te juntaras con la chusma"
¿Pero quién era yo para entrar a tu mundo natural y a tus instintos?
¡Doblegarte no pude!, ni con golpes de hocico hasta ver tu sangre,
tú de todas formas no te inmutabas,
tú aún a pesar de todo aquello,
me recibías con juegos meneados de cola
Si saltabas, me tirabas
si te echabas, ocupabas todo el espacio
Llenaste de alegría la casa con tus vástagos
crecimos juntas,
tirabas miles de pelos,
dejando los sillones del carro vomitados y embabados
Pero me gustaba tu compañía,
tu poder y tu figura
Te temían porque te imponías con solo un pelar de dientes
Me sentía orgullosa de tu gallardía
Pero un 23 de diciembre,
tuve que salir de emergencia,
platiqué contigo
te pedí perdón por abandonarte en situación tan crítica
Ya tu mirada era muy lánguida,
tus ojos se notaban llorosos
y cansados
Tenías dolores incontrolables
esos que te hacían gemir por la luz que darías a tus nuevos retoños
¡Te tuve que dejar!
Me fui...
No estuve para ayudarte como en otras veces
no estuve para cuidar de ti y darte tu licuado
para recuperarte después de haber traído otros ojos
a la vida
¡No, no estuve... perdóname...!
Esa noche de diciembre, entre la algarabía previa del 24
entre los estruendos de los cohetes,
entre los sonidos del silbato de las posadas
...¡tú no resististe!
Solo unos negros-canelos, pudieron respirar y oler tu aroma
el que seguía, se quedó atorado
Te fuiste bajo las radiantes estrellas
que fulminada dejó tu existencia
te llevaste en las entrañas al resto de tu clan
... nadie sobrevivió... los otros también te acompañaron
en el viaje
Cuando me enteré, te lloré como se llora a lo querido,
a lo que se extraña y se siente dentro de uno
Mis lágrimas eran sin consuelo,
más saladas que las de un océano
incansables e insaciables
por no haber estado a tu lado
A la distancia...
Un esbozo en grafito
inmortaliza tu mirar
tu porte y tu coraje
No te has ido
aún vives entre mi paisaje
aún te quiero como antes...
mi Kika, la salvaje.
Sol-Ha-Mi
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