PARA CHILE CON AMOR

Nuevamente entre la magia que éste recinto lleno de estantes llenos de libros, folletos.. algunos delgados (o con grosor) y de diversos tamaños; me llenan de gran emoción, de gran alegría, de gran estupor por conocer, saber y adentrarse a éste mundo.

Aquí en donde quiero que las letras me vuelvan a surgir y me inunde de la belleza que las letras nos regalan.

Aprender poesía, es también leer sobre lo mismo –dice un compañero-.

Con una vista al patio exterior escribiendo poco, pero con mucho pensar. Un amplio y limpio espacio.

En donde el aire se vacía nítido, por las plantas verdes sin flores, algunas como bejucos, ¡ho no! Si, una flor blanca –cuna de moisés- entre hojas que se extienden con toda libertad.

A mi vista, hay también un palo medio torcido cubierto de espinas en todo su tallo y al final contadas hojas puntiaguadas y alargadas que se mecen una a una, entre las cavidades grandes de las macetas coloreadas a una tina en verde bandera, que al ser conjugadas con las paredes blancas, resaltan su belleza de forma espectacular.

Sostenidas las trabes por pilares de cantera verde que datan del siglo anterior.

Y en el segundo piso cuelgan algunos hilos de vida en verde que son plantas ya crecidas, con un aire a luz-sombra, resplandeciente en un piso canterado, bloqueado en partes iguales.

Unas bancas de madera alargadas en los pasillos, por encima de éstas la exposición de cuadros de fotografías: “paseos en bicicleta”, velocidad a 2 ruedas, aire en el cuerpo, rompiendo esquemas.

Visiones que al caer el sol, van languideciendo a la luz proyectada en los andenes de ésta maravillosa Casa de la Ciudad.

¡Voces que suman ecos! Quedan plasmadas en cada trabe de sostén.

Libros que encierran sabiduría y que llaman a ser abiertos para el deleite visual-experimental.

Así mi primer día del taller “¨Para Chile con Amor”, Los golpes en la poesía post-dictadura.
5 julio 2011

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