Interpretación

INTERPRETACIÓN

Bajo la lectura "¿SON MEJORES LAS MUJERES?" de Sara Sefchovich

Conociste mal el amor y le temiste. ¿Descubirste algún día tu cuerpo y te dejaste ir en sus placeres? Tú y tu obra son cerebro, ocultamiento de las sensaciones, lejanía de los sueños, viviendo en un mundo de pensamiento y filosofía, huyendo de la cotidianidad, de los tedios, siempre tan reales y concretos.

Te hicieron mal al enseñarte así el amor y el cuerpo. Te hiciste prisionera. Solamente tu mente y nunca tu piel, tus entrañas, tu sexo. Ni para hombres ni para mujeres. Dicen que amaste más a las mujeres. No es cierto, ellas te daban menos miedo y te dejabas tocar un poco más. Pero tampoco a ellas les entregaste tu cuerpo.

"Virginial Woolf: yo te hablo de tú", fem., vol. II, núm. 5, octubre de 1977, p. 66

 

Si, es verdad. El amor lo conocí con la persona no grata, la no sagrada, con la peor de todas, con la jugadora de sentimientos, con la que no le importó tocar mis pechos encorpiñado, la que tentó a la inocencia, la que no supo a dónde la parió su madre.

Por eso el amor, se volvió temor. Inquietado por el peligro real de la pérdida virginal, el tesoro ocultado, la dádiva divina de la feminidad. Pero el temor se volvió placer, por cada encuentro entre vomitos desmotivados. Era la reacción al rechazo y a la vez a lo gustado.

Por ello fue más fácil volcarse en una hoja en blanco, trazar la vida por pedazos, esgrimirla en líricas de tajos. Dejar salir a esa bestialidad construida, cuando el ángel queda resguardado. Ficcionando los caminos, instrospectando las oscuridades, renaciendo en personajes, acechando las andanzas para no ser tan prisionera de los pensamientos.

Mientras la piel, el sexo, la entraña, en nadie cabe. Y el amor a más mujeres, a más búsquedas de espanto, a las que sin miedo se les dejó el corazón, aunque haya sido devuelto en pedazos.

Sol-Ha-Mi